Hipódromo Político: Por: Carlos Cortes
Circula por las redes sociales un anuncio de la XIII Cumbre de Comunicación Política, evento que se va a llevar a cabo los próximos días 1, 2 y 3 de agosto, en Lima, Perú. En esta cumbre habrán de participar personajes tan reconocidos de la comunicación política como Roy Campos, Director General de Consulta Mitofsky, el estratega político Antonio Solá, el fotógrafo David Ross y Juan María Naveja, entre otros 164 ponentes que habrán de estar presentes en este evento con duración de tres días.
Sin embargo, en este seminario, también va a participar el ex Secretario del Ayuntamiento de la capital, ex presidente del PRI en Tamaulipas, ex diputado local y presidente del Congreso de Tamaulipas, el veracruzano Ricardo Gamundi Rosas, quien es parte de estos 164 ponentes de esta Cumbre Mundial que reune a la crema y nata de la comunicación política de Iberoamérica. ¿Cómo le hizo para colarse en el programa? Sólo él sabe. Pero lo que llama la atención es que quienes conocemos a Ricardo Gamundi, sabemos que es un polémico personaje, ex miembro de la nomenklatura política priísta tamaulipeca durante el tiempo que gobernó Eugenio Hernández Flores, hoy en prisión y está en espera de ser extraditado a los Estados Unidos.
También se rumora que fue Gamundi, quien en su mejor momento político, soñaba con gobernar Reynosa, quien generó la innecesaria confrontación entre el hoy Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca y Hernández Flores, que tuvo su punto más algido en el diferendo por la COMAPA de Reynosa, que finalmente obtuvo la administración municipal de Reynosa presidida por el PAN.
Entre las “virtudes” políticas de Ricardo Gamundi Rosas, sobresale que recién cumplió ocho años de auto exilio de Tamaulipas, después de que fuera “invitado” a salir del estado por el entonces Gobernador Egidio Torre Cantú, el primer día de su administración. No está confirmado si esta atenta invitación al “Negro” tiene que ver con los rumores que lo ligan con la muerte del mal logrado candidato al Gobierno de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, hermano de Egidio, o con algún otro asunto o sentimiento que Egidio tuviera contra Gamundi. Pero lo que no podemos perder de vista es que Egidio es visceral y cuando alguien cae de su gracia, ni como hacerle, el odio es para siempre.
Hoy el Negro Gamundi se vende, fuera de Tamaulipas por supuesto, como “operador exitoso” de campañas políticas. Bueno, no tanto, porque si bien es cierto que bajo su consejo y una cantidad ofensiva de dinero, Claudia Pavlovich ganó la gubernatura de Sonora; José Ignacio Peralta Sánchez en Colima; y Miguel Riquelme triunfó en Coahuila, también es cierto que en Jalisco, su pupilo, el priísta Miguel Castro Reynoso mordío el polvo ante el abanderado de Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro Ramírez por casi 3 votos a uno. Mientras Alfaro logró 1`069,625 votos, el pupilo de Gamundi sólo consiguió 456,199 sufragios.
Y si hay un personaje polémico en Tamaulipas, y en cualquier lugar en donde se para, es precisamente Ricardo Gamundi Rosas, a quien se le quiere o se le desprecia, aunque más comúnmente se da la última opción.
Por ejemplo, durante la elección extraordinaria en el municipio de Centro, en Villahermosa, en Tabasco, Manlio Fabio Beltrones Rivera, entonces presidente nacional del PRI, confió que con Roberto Madrazo y Georgina Trujillo y la participación de su operador político de lujo, Ricardo Gamundi Rosas, haría ganar al PRI el 13 de marzo de 2016.
Y en esa ocasión el “Negro” Gamundi intentó replicar nuevamente la guerra sucia que aplicó en Sonora y Colima, pero en la tierra de Andrés Manuel López Obrador nomás no le funcionó. A Gamundi se le acusa de ser el autor de las lonas que aparecieron en la ciudad y de la intensa guerra sucia en redes sociales. Adicionalmente dicen que presuntamente no entregó 60 millones de pesos a los operadores chocos, que reclaman su pago. Y al fracasar, Gamundi dio la razón al presidente del PRI tabasqueño, Erubiel Alonso, de qué, con Liliana Madrigal Méndez, el PRI sería tercer lugar en la elección extraordinaria.
Según el PREP en aquella elección, el PRD obtuvo 69 mil 458 votos; MORENA, 44,392; el PRI, 35, 752 y el PVEM, sin Rosalinda López Hernández, obtuvo la votación de siempre, 3 mil 104 votos.
Pero regresando a la Cumbre de Perú, la pregunta obligada, ¿qué puede enseñar Gamundi en este encuentro? No mucho, pues cuando se cuenta con recursos ilimitados para operación, movilización y compra de adversarios, cualquiera da resultados. Y Gamundi es experto en movilización del voto y compra de adversarios. Esa fue su responsabilidad cuando “dirigía” al tricolor tamaulipeco: acarrear a miles y miles de ‘simpatizantes’ de todo Tamaulipas a los eventos de campaña de sus candidatos. El “Negro” se volvió experto de la coacción del voto e impuso en lo mediático la moda del carro completo.
Y además compró a todos aquellos que tenía que comprar: dirigentes partidistas, adversarios y priístas renegados. En los tiempos del “Negro” prácticamente se compraba todo porque eran también los tiempos en los que el gobierno estatal gastaba millones en viáticos, inscripciones a los diplomados y cumbres por todo el país para que su ejército de tricolores estuviera bien capacitado.
Y todo iba muy bien hasta que mataron a Rodolfo Torre Cantú. Y Gamundi se convirtió en sinónimo de sospecha. Llegó Egidio y lo “invitó” a irse del estado y de inmediato se fue y seis años después los priístas tamaulipecos, muchos ellos pupilos del “Negro” mostraron su realidad: perdieron el gobierno del Estado, el control del Congreso Local y la mayoría de los ayuntamientos, lo que se ratificó en la pasada elección del primero de julio en donde sólo mantuvieron seis municipios, el más grande el de Miguel Alemán.
Reitero. No se como le hizo Gamundi para colarse al programa de la cumbre. Pero lo que si se, es que, si los asistentes conocieran su historia en Tamaulipas, seguramente se quedaría sólo en la sala de conferencias. A Ricardo Gamundi quien no lo conozca, que lo compre.
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